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Cielo

ENERGÍAS RENOVABLES

ENERGÍA EÓLICA

La energía eólica es la energía que se obtiene del viento. Se trata de un tipo de energía cinética producida por el efecto de las corrientes de aire. Esta energía la podemos convertir en electricidad a través de un generador eléctrico. Es una energía renovable, limpia, que no contamina y que ayuda a reemplazar la energía producida a través de los combustibles fósiles.

Energía Eolica

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La energía eólica, fundada en la utilización del viento para producir potencia eléctrica, se encuentra en expansión en todo el mundo. La búsqueda de nuevas fuentes de energía, más limpias y menos nocivas para el ambiente, y los costos de los combustibles fósiles tradicionales han impulsado el desarrollo de esta industria. También se busca evitar el costo social por la contaminación del ecosistema.

Paradójicamente, aun siendo el viento una de las fuentes motrices más antiguas empleadas por la humanidad, su uso en el campo de la generación eléctrica es relativamente reciente. Los modelos comerciales evolucionaron desde potencias eléctricas muy bajas (decenas de kW, desde 1980) a equipos gigantescos, que llegan en la actualidad a la veintena de MW, y contribuyeron a su desarrollo como industria masiva y tecnología estable.

La combinación más reciente con tecnologías de almacenamiento eléctrico de gran escala (BESS – Battery Energy Storage Systems), parques fotovoltaicos y la producción y almacenamiento de hidrógeno a través de electrólisis del agua (H2-verde) abren a estos sistemas posibilidades de competir económicamente con las fuentes tradicionales de energía.

turbinas de viento

La importancia de la energía eólica en Santa Cruz

La energía eólica se ha convertido en la principal fuente de generación eléctrica de Santa Cruz. El intercambio de energía eléctrica con el SADI (Sistema Argentino de Interconexión) según datos de CAMMESA y el Instituto de Energía de Santa Cruz fue evolucionando positivamente (a partir de la reglamentación del programa RenovAR en 2017/18) con la instalación del Parque Eólico Bicentenario en 2019 (127 MW), al que luego se agregaron los Parques  Los Hercules (2021) y Cañadon León (2022, ver mapa) para una potencia total que excede los 300 MW. Esta evolución puede observarse en las figuras. Hasta 2018 la generación era puramente térmica, y bastante por debajo de la demanda adquirida al SADI (históricamente entre 1100 y 1200 GWh/año). Desde 2019 se observa un incremento en la generación local y a la vez un aumento en la componente de energías renovables en dicha generación. La generación superó por primera vez a la demanda en 2021, y en 2022 fue un 53% mayor, con un aporte de generación renovable del 85%.

Futuro

Una de las limitaciones principales de las turbinas eólicas tradicionales es la necesidad de conectarlas a una red pre-existente, con capacidad adecuada para absorber potencia. Esto se da en la mayoría de los equipos medianos a grandes diseñados para parques eólicos. Los equipos toman una fracción muy pequeña de potencia desde la red para hacer funcionar sus computadoras, y si hay viento suficiente se sincronizan y conectan automáticamente a ella. Una vez conectados, proporcionan potencia activa y eso se registra en el tiempo a través de medidores como energía vendida a la red. En potencias inferiores los sistemas aislados para carga de baterías han sido tradicionalmente la solución mas común, como suele suceder en lugares alejados de las redes.

Este panorama ha ido cambiando en la última década, como se mencionó debido a las reducciones de costo de tecnologías de almacenamiento eléctrico de gran escala (BESS – Battery Energy Storage Systems). Estos sistemas combinan en containers grandes cantidades de baterías (habitualmente celdas de litio) y equipos de conversión GFI (Grid Forming Inverters) que convierten corriente continua de las celdas a la corriente alterna de las redes. Permiten un funcionamiento con flujo de potencia bidireccional e incluso la creación de una red virtual aislada que solamente funcione con equipos eólicos. Si hay un exceso de producción de energía eólica, ésta puede almacenarse en las baterías. Si los usuarios de la red aumentan su consumo, las baterías pueden descargarse inyectando potencia activa a la misma. Y se da el caso de que, habiendo un corte o falla general de la red, un parque eólico pueda “arrancar en frío” un sector aislado de la misma, aumentando la resiliencia del conjunto. Las mismas tecnologías permiten combinar energía eólica con parques fotovoltaicos y la producción y almacenamiento de hidrógeno a través de electrólisis del agua (H2-verde). Los sistemas basados en H2 permiten un almacenamiento y autonomía potencialmente mucho mayor que los sistema BESS actuales.

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